El Colectivo presenta un informe en el Consejo Vasco de Participación de las Víctimas del Terrorismo en el que critica que los marcos interpretativos del Plan de Paz buscan consolidar la ‘teoría del conflicto’. Exige a Urkullu que retire los “Retratos municipales” y vuelva a redactarlos.

El Colectivo de Víctimas del Terrorismo, COVITE, ha presentado hoy un documento en el que analiza el lenguaje utilizado por el Ejecutivo en la redacción del Plan de Paz y censura su intento de blanquear el terrorismo a través del lenguaje. El escrito, titulado “Marcos interpretativos asumidos por el Plan de Paz y Convivencia del Gobierno Vasco” y elaborado por el directivo de COVITE Josu Puelles, se ha hecho público esta mañana en una reunión del Consejo Vasco de Participación.

En el análisis, el Colectivo señala cómo el Ejecutivo de Iñigo Urkullu ha redactado el Plan de Paz utilizando “un lenguaje engañoso” que en apariencia “parece mostrarse firme en la condena y rechazo del terrorismo de ETA”, pero que, en realidad, “difumina el alcance y la singularidad del terrorismo” ya que “siempre que se menciona la ‘violencia de ETA’, ésta va acompañada de la otra violencia de motivación política o vulneradora de derechos humanos.

El autor del trabajo ha explicado la estrategia del discurso utilizado en el Plan de Paz clasificando una serie de palabras que ha considerado neutras para el marco nacionalista de la realidad (convivencia, derechos humanos, memoria), negativas (ETA, terrorismo, abertzale, Constitución) y positivas (presos, violencia de motivación política, extrema derecha). A continuación, ha analizado su presencia concluyendo, por ejemplo, que mientras la palabra “terrorismo” se menciona en 28 ocasiones, los términos “vulneración” y “violación” aparecen 40 y 12, respectivamente. El autor también resalta que los sintagmas “víctimas de ETA”, “presos de ETA” o “banda terrorista ETA” no aparecen mencionados en ninguna ocasión en el documento.

Por todo ello, el autor concluye que el Ejecutivo persigue, a través de este uso del lenguaje, activar el marco del conflicto, de manera que el receptor perciba “la existencia de un enfrentamiento entre dos partes”, así como la idea de “desligar a ETA de su proyecto de imposición política, reduciéndola a una mera actividad violenta vulneradora de derechos humanos”.

Por otra parte, COVITE ha analizado el documento “Retratos municipales”, elaborado por el Gobierno vasco. El Colectivo ha criticado la manipulación flagrante del Gobierno vasco en la elaboración de los relatos, en los que se incluyen a personas cuyos fallecimientos nada tienen que ver con el terrorismo. Como ejemplo, ha mencionado la inclusión de Ángela Benito Martínez, a la que el Ejecutivo atribuye la autoría de su muerte a un “ataque al corazón” mientras la Guardia Civil registraba su domicilio. También ha mencionado los casos de Clemente del Caño Ibáñez, cuya muerte se atribuye a un “atropello por un vehículo sin identificar”, o a Rosa Zarra Marín, de quien reconoce que existen “dos versiones” de su fallecimiento, por “causas naturales o a consecuencia de un pelotazo”.

En consecuencia, COVITE ha exigido al Gobierno vasco que retire los “Retratos municipales”, por promover una versión “engañosa e indigna de la realidad de cincuenta años de terrorismo” y ha pedido que vuelva a redactarlos “de forma honesta y responsable con la versión de la historia que va a transmitir a las nuevas generaciones”.