- El Colectivo se mantiene satisfecho de que la cifra de ‘ongi etorris’ continúe en 0 en los últimos dos años
- Fenómenos como las manifestaciones a favor de la excarcelación de los presos de ETA o las pintadas y pancartas de apoyo a los terroristas de ETA son los más frecuentes, con un total de 58 y 60 actos de este tipo registrados, respectivamente
El Colectivo de Víctimas del Terrorismo (COVITE) ha documentado un total de 188 actos de apoyo a ETA en los primeros seis meses de 2024 en su Observatorio de la Radicalización, un espacio en la web del Colectivo en el que se documentan todos los actos relacionados con la radicalización violenta en el ámbito del terrorismo de ETA. El número de actos de apoyo explícito a ETA y a sus terroristas ha disminuido un 15% con respecto al mismo periodo de 2023, en el que registraron un total de 221 actos de apoyo a ETA. COVITE ha confirmado la desaparición total de los ‘ongi etorris’ en el espacio público a presos de ETA a su salida de prisión, una tendencia que se ha consolidado en los últimos dos años, dado que el último ‘ongi etorri’ público que registró el Colectivo se celebró en marzo de 2022. Consuelo Ordóñez, presidenta de COVITE, ha valorado este asunto como «una muy buena noticia para las víctimas, al tratarse de los actos más humillantes que podíamos presenciar». «No hay nada más doloroso para una víctima que ver cómo se recibe con todos los honores al asesino de su familiar en las mismas calles en las que asesinó. Es realmente humillante. Que hayan desaparecido estos actos que atentan contra la memoria de nuestros familiares y contra nuestra dignidad es muy positivo, tanto para las víctimas como para la sociedad en general», ha remarcado Ordóñez.
No obstante, COVITE también ha advertido de que «la exaltación pública de ETA a través de otro tipo de actos sigue muy presente en las calles de Euskadi y de Navarra», tal y como constatan todos los actos documentados en el Observatorio de radicalización a lo largo de la primera mitad del año 2024. Del total de los actos realizados, 67 han tenido lugar en Guipúzcoa, 65 en Vizcaya, 24 en Navarra, 13 en Álava, 9 en otras provincias y 10 en el extranjero, principalmente en el País Vasco francés.
Respecto a la tipología de los actos de apoyo a ETA, 60 han sido de aparición de pintadas y pancartas de ensalzamiento explícito a ETA y a sus presos; 58 han sido de manifestaciones en las que se ha reclamado la excarcelación de los etarras presos; 15 de homenajes públicos a etarras fallecidos; 34 de fiestas populares celebradas específicamente para enaltecer a ETA, como lo ocurrido durante gran parte de los tramos de la ‘korrika’; 2 han sido de homenajes en la vía pública a etarras que todavía están en prisión —en estos actos se coloca una foto del miembro de ETA en cuestión y se le baila un aurresku—; y los 19 actos restantes se han encuadrado en la categoría de ‘Otros’, ya que no han podido clasificarse en ninguna de las anteriores.
COVITE ha destacado que en el mes de marzo la incidencia de actos de exaltación a ETA fue «especialmente alta» por lo sucedido durante la ‘korrika’, en la que se exhibieron más de 60 imágenes de etarras por parte de algunos participantes e incluso de los organizadores, trabajadores de la empresa Euskaraz Kooperatiba Sozietatea – AEK (popularmente conocida como AEK), dedicada a la enseñanza y alfabetización del euskera entre personas adultas. COVITE denunció, en un comunicado hecho público el pasado 26 de marzo, la «perversión total» del objetivo principal de la ‘korrika’ a causa de «esta demostración obscena de apoyo a los terroristas de ETA» en que se convierte la ‘korrika’ en cada una de sus ediciones. No solo se exhibieron imágenes de etarras, sino que en varios kilómetros comprados por SORTU o Etxerat los testigos de la ‘korrika’ fueron cedidos a etarras, como fue el caso del km 2459 en Andoáin, cedido a la dirigente etarra Ainhoa Ozaeta; o el caso del km 2489 en Hernani, cedido a los etarras Gorka Loran y Garikoitz Arruarte. A juicio de COVITE, la respuesta que dio la AEK a las quejas del Colectivo por la falta de voluntad para evitar que este tipo de actos se sucedan, «refleja a la perfección la actitud de buena parte de la sociedad vasca y sus instituciones ante estos actos de exaltación del terrorismo: pasividad total, cuando no abierta complicidad», en palabras de Consuelo Ordóñez, presidenta de COVITE.
COVITE ha recordado que el artículo 4 de la Ley vasca 4/2008 de reconocimiento y reparación a las víctimas del terrorismoobliga a las instituciones públicas a prevenir los actos que ensalcen el terrorismo o humillen a las víctimas. La normativa aprobada el 19 de junio de 2008 establece: «Los poderes públicos velarán para que las víctimas sean tratadas con respeto a sus derechos, para ello adoptarán las medidas apropiadas para prevenir y evitar la realización de actos efectuados en público que entrañen descrédito, menosprecio o humillación de las víctimas o de sus familiares, exaltación del terrorismo, homenaje o concesión pública de distinción a los terroristas». Sin embargo, han lamentado desde COVITE, «la actuación de las instituciones públicas vascas a la hora de abordar el fenómeno de la radicalización violenta a favor de ETA no se rige por los principios de esta ley».
En este sentido, COVITE ha hecho alusión a la recientemente aprobada Ley 9/2023, de 28 de septiembre, de Memoria Histórica y Democrática de Euskadi, que contempla un régimen sancionador administrativo para «todos aquellos actos de exhibición pública de elementos o menciones en conmemoración, exaltación o enaltecimiento individual o colectivo del golpe de estado de 1936 y de la dictadura franquista, de sus dirigentes o de las organizaciones que sustentaron al régimen» (Artículo 30 de dicha ley). Desde COVITE han reclamado «exactamente lo mismo para los actos de exhibición pública de apoyo y legitimación del terrorismo de ETA». A juicio del Colectivo, ya es hora de que las instituciones públicas «aborden el fenómeno de la radicalización violenta a favor de ETA con la seriedad y la urgencia que merece».
Por último, COVITE ha destacado que, cada vez más, es SORTU como partido político «quien organiza todos estos actos de legitimación pública de ETA y de sus terroristas», lo cual evidencia que «los líderes de la izquierda abertzale son quienes más contribuyen a la radicalización violenta de una parte de la sociedad vasca. Centenares de jóvenes están creciendo con las ideas de que los crímenes de ETA no fueron actos terroristas —tal y como dijo el candidato a lehendakari de EH Bildu, Pello Otxandiano— y de que los etarras son héroes, ‘presos políticos’ o ‘refugiados políticos’, dado que así lo transmiten los portavoces y líderes de SORTU». En este sentido, COVITE ha insistido en que «pedir la excarcelación de quienes están en la cárcel por crímenes gravísimos podrá ser legal, pero es un claro síntoma de anormalidad moral. ¿Acaso vemos en Francia a cientos de personas en las calles pidiendo la excarcelación de terroristas yihadistas?».
COVITE ha calificado a la izquierda abertzale y su actitud de glorificación y justificación del terrorismo de ETA como «el mayor obstáculo para la convivencia en el posterrorismo», puesto que una convivencia en paz y libertad siempre será incompatible con «la existencia de una identidad política que se construye sobre el desprecio a las víctimas de ETA». COVITE ha considerado «cinismo puro» las lecciones de la izquierda abertzale en materia de paz y convivencia. «Exhibir públicamente carteles con fotografías de los asesinos de nuestros familiares, y hacerlo además con jactancia y orgullo, o llamarles ‘presos políticos’, supone un ataque a las bases éticas más elementales sobre las que se debe construir una sociedad digna y democrática».