- Pide al Gobierno que aclare cuáles son las condiciones que va a pedir a los presos de ETA para el acercamiento a cárceles vascas
- Recuerda que la izquierda abertzale, con sus líneas rojas de no arrepentimiento y no delación, es la verdadera responsable de que los presos de ETA cumplan condena lejos del País Vasco
El Colectivo de Víctimas del Terrorismo (COVITE) defiende que el repudio a ETA debe ser una condición fundamental para el acercamiento de los presos de ETA a cárceles en el País Vasco. Tiene que ser un repudio individual, en ningún caso colectivo, a todo lo que ha supuesto ETA. “Es importante lograr que los presos de ETA repudien a la banda terrorista para ser acercados a cárceles en el País Vasco porque ETA ejerció una violencia política, y el proyecto político totalitario y excluyente por el que asesinaron lo defiende ahora la izquierda abertzale desde las instituciones”, afirman desde COVITE.
El ministro del Interior declaró ayer que ETA ha sido “disuelta y derrotada por el Estado de Derecho, por la sociedad democrática, no por ellos, que solo han hecho el acto formal de disolución”. COVITE recuerda a Grande-Marlaska que los herederos políticos e ideólogos de ETA están hoy en las instituciones y que la desactivación de las siglas de ETA no implica la desaparición de sus objetivos políticos. “Si el proyecto político totalitario y excluyente que ETA quería imponer por la violencia se impone desde las instituciones, se estará legitimando su trayectoria criminal”. En este sentido, recuerda al ministro del Interior que es “indigno” que un Gobierno democrático dé por válido el acto de disolución de ETA protagonizado por los propios terroristas, y no por las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad. “Todavía está pendiente la verdadera foto de la disolución de ETA, la de la detención de todos los etarras”, afirma Consuelo Ordóñez, presidenta de COVITE.
Asimismo, COVITE recuerda que la verdadera responsable de que siga habiendo una política de dispersión de los presos de ETA es la izquierda abertzale, y no el Estado de derecho. Solo tiene que levantar sus líneas rojas de no arrepentimiento y no delación a los presos para que estos puedan acogerse a las vías de reinserción. “La izquierda abertzale siempre ha tenido en su mano el fin de la dispersión, pero prefiere seguir sacando rédito político culpando a las víctimas de que haya una u otra política penitenciaria en vez de permitir a los presos de ETA que puedan desvincularse de la banda terrorista”, sentencia Consuelo Ordóñez.
Respecto a la posible cesión al Gobierno vasco de la competencia de prisiones, el Colectivo se opone de forma contundente a ello porque “los nacionalistas nunca han querido ser carceleros y gestionar la competencia de prisiones. Si ahora quieren serlo, es para abrir las puertas de las cárceles”. “Su preocupación es buscar la vía para ayudar a los etarras encarcelados a salir, es decir, la impunidad. Si se transfieren las competencias de prisiones al Gobierno vasco, se estarían transfiriendo los derechos de las víctimas a la justicia a los nacionalistas”.