• El número de actos de este tipo ha aumentado un 57% con respecto a 2019

  • Exige que se cumpla la ley 4/2008 de reconocimiento y reparación a las víctimas del terrorismo y que se apliquen en el País Vasco y Navarra políticas de desradicalización violenta

El Colectivo de Víctimas del Terrorismo (COVITE) ha documentado un total de 193 actos de apoyo a ETA a lo largo de 2020 en su Observatorio de la Radicalización, un espacio en la web del Colectivo en el que se registran todos los actos relacionados con la radicalización violenta en el ámbito del terrorismo de ETA. Del total de los actos realizados, 92 han tenido lugar en Vizcaya, 60 en Guipúzcoa, 30 en Navarra, 6 en Álava 3 en otras provincias –uno en Madrid, uno en Murcia y uno en Barcelona– y dos en el País Vasco francés. El Colectivo ha destacado que el número de actos de apoyo explícito a ETA y a sus terroristas ha aumentado un 57% con respecto a 2019, año en que registró un total de 108 actos de apoyo a ETA. COVITE ha lamentado que “pese a que el fenómeno de la radicalización violenta ultranacionalista en el País Vasco y en Navarra no disminuye, las instituciones continúan sin tratar este asunto con la seriedad y la urgencia que merece”. En este sentido, el Colectivo ha señalado que los esfuerzos de prevención de radicalización, incluido el Plan Nacional de Prevención, “se han centrado en el yihadismo y han ignorado el principal foco de radicalización que teníamos y tenemos en España, que es el ultranacionalismo vasco existente en el País Vasco y en Navarra. Las políticas públicas de desradicalización y de prevención de la radicalización violenta abertzale brillan por su ausencia”.

Respecto a la tipología de actos registrados en el Observatorio de Radicalización, 82 han sido de aparición de pintadas y pancartas de ensalzamiento explícito a ETA y a sus presos; 65 han sido de manifestaciones en las que se ha reclamado la amnistía –que no el acercamiento a cárceles vascas– de los etarras presos; 18 de homenajes públicos a miembros de ETA al salir de prisión o a etarras muertos; 4 fiestas populares celebradas específicamente para enaltecer a ETA u hostigar a la Guardia Civil, como el “Ospa eguna” en Alsasua, el “tiro al facha” en Etxarri Aranatz o el “Gudari eguna”; y los 23 actos restantes se han encuadrado en la categoría de “Otros”, ya que no pueden clasificarse en ninguna de las categorías anteriores. Un ejemplo de otros actos sería la quema de cajeros y contenedores que se llevaron a cabo durante el mes de mayo como motivo de protesta por la huelga de hambre del etarra Patxi Ruiz, o el ataque a la vivienda personal de Idoia Mendia, también por el mismo motivo.

COVITE ha relacionado la radicalización violenta ultranacionalista con “más de cincuenta años de odio transmitido de generación en generación hacia todo aquel que no comparta el pensamiento fanático de la izquierda abertzale. Los terroristas de ETA y los políticos que colaboraron con ellos generaron consciente y calculadamente una extraordinaria red de gente fanatizada que no se ha disuelto”. COVITE ha denunciado que “aunque ETA ya no mate, las ideas que llevaron a los etarras a matar siguen ahí, asumidas por una parte de la población del País Vasco y de Navarra”. “El culto al terrorista es el pan de cada día en nuestras calles debido a la inacción de las instituciones y a la pasividad de la Justicia. ¿Acaso vemos en Francia a miles de personas en las calles pidiendo la excarcelación de terroristas yihadistas?”, ha censurado Consuelo Ordóñez, presidenta de COVITE. “Las calles y los espacios públicos en Euskadi y Navarra siempre han sido un escaparate de las reivindicaciones de la izquierda abertzale. Centenares de jóvenes están creciendo con la idea de que los etarras son héroes. Reivindicar la amnistía para quienes están en la cárcel por crímenes gravísimos podrá ser legal, pero es un claro síntoma de anormalidad moral y democrática”. A juicio de COVITE, “quienes más han contribuido a esta radicalización violenta son los líderes de la izquierda abertzale, que denominan ‘presos políticos’ a los asesinos de nuestros familiares y que reclaman un ‘sentido de normalidad’ a los homenajes públicos a etarras. En COVITE no nos vamos a acostumbrar nunca a estas provocaciones de los portavoces de la izquierda abertzale”, ha advertido Consuelo Ordóñez. “A pesar del rechazo generalizado al ensalzamiento público a ETA y a sus presos, la izquierda abertzale sigue fomentando y justificando este tipo de manifestaciones”.

Por esta razón, COVITE ha insistido en reclamar a las instituciones vascas que cumplan el artículo 4 de la Ley vasca 4/2008 de reconocimiento y reparación a las víctimas del terrorismo, que obliga a las instituciones a prevenir los actos que ensalcen el terrorismo o humillen a las víctimas. La normativa aprobada el 19 de junio de 2008 establece: “Los poderes públicos velarán para que las víctimas sean tratadas con respeto a sus derechos, para ello adoptarán las medidas apropiadas para prevenir y evitar la realización de actos efectuados en público que entrañen descrédito, menosprecio o humillación de las víctimas o de sus familiares, exaltación del terrorismo, homenaje o concesión pública de distinción a los terroristas”.  El Colectivo ha demandado a las instituciones vascas y navarras una mayor firmeza y determinación para abordar este problema. “Se debe pasar de las declaraciones institucionales de condena de estos actos a planes concretos de prevención de la radicalización”, han exhortado desde COVITE. “Urge que las instituciones impulsen políticas pedagógicas de deslegitimación del terrorismo y del proyecto político de ETA. Esta es la verdadera cuestión sensible para disminuir la radicalización y normalizar la democracia y la convivencia en el País Vasco y en Navarra”. COVITE ha insistido –tal y como lo lleva haciendo desde hace varios años– en que “España es el único país de la Unión Europea en el que se homenajea y se muestra apoyo y gratitud públicamente a terroristas sanguinarios orgullosos de su pasado criminal, con el riesgo que entraña para las nuevas generaciones y para construir un futuro libre de violencia”.

COVITE también ha puesto el foco de la responsabilidad de la impunidad con la que se realiza el culto al etarra en la Audiencia Nacional, que hasta ahora ha archivado todas las denuncias presentadas por el Colectivo por homenajes públicos a etarras a su salida de prisión: un total de 27 denuncias desde 2016. “La Audiencia Nacional no tiene voluntad de aplicar el artículo 578 del Código Penal como sí lo hacía hasta hace unos años por los mismos hechos que denunciamos ahora, llegando a condenar a dirigentes de la izquierda abertzale como Arnaldo Otegi o Tasio Erkizia”, ha reprochado Consuelo Ordóñez. “La Audiencia Nacional pone la dudosa excusa de que no hay riesgo de que ETA vuelva a utilizar la violencia porque da a ETA por disuelta, cuando quedan decenas de terroristas sin detener y no hemos visto la operación policial de disolución de ETA”. COVITE ha hecho hincapié también en que la Audiencia Nacional y las instituciones públicas, especialmente las vascas y navarras, están incumpliendo las últimas recomendaciones del Parlamento Europeo del 12 de diciembre de 2018 y del 17 de noviembre de 2020, en las que piden a los Estados Miembros “que prohíban los homenajes a las personas declaradas culpables de actividades terroristas mediante sentencia firme”; y de forma específica a España, el Parlamento Europeo ha pedido que “evite que las víctimas del terrorismo sean humilladas por actos como los homenajes a terroristas que se han producido en los últimos años en España”.