• El número de acciones de este tipo en 2021 han disminuido en un 51% con respecto al mismo periodo de 2020, en el que COVITE registró 124

  • El Colectivo se congratula de que el número de homenajes a miembros de ETA sea el más bajo de los últimos cuatro años

El Colectivo de Víctimas del Terrorismo (COVITE) ha documentado un total de 64 actos de apoyo a ETA en los primeros seis meses de 2021, lo que supone que la realización de este tipo de actos ha disminuido en un 51% con respecto al mismo periodo de 2020, en el que COVITE contabilizó 124 actos. Estas acciones han sido registradas en el Observatorio de radicalización, un espacio en la web del Colectivo en el que, desde 2016, se documentan todos los actos relacionados con la radicalización violenta en el ámbito del terrorismo de ETA. COVITE considera positivo el dato de homenajes a miembros de ETA en lo que va de 2021, ya que es el más bajo desde que creó el Observatorio de radicalización: el Colectivo solo ha tenido conocimiento de la realización de nueve homenajes, siete de ellos a etarras fallecidos, lo cual indica que el número de “ongi etorris” a etarras a su salida de prisión ha disminuido notablemente.

Del total de los actos de apoyo a ETA documentados, 36 han tenido lugar en Guipúzcoa, 11 en Vizcaya, 10 en Navarra, 5 en Álava y 2 en el País Vasco Francés. En cuanto a la tipología de los actos, los datos de COVITE revelan que 40 han sido pintadas y pancartas de ensalzamiento a ETA; 9 homenajes a miembros de ETA; 5 manifestaciones a favor de la amnistía para los presos de ETA; y 10 acciones clasificadas como “otros actos”, como episodios de acoso e intimidación a las FCSE o la agresión al exconcejal del PP en Vitoria Iñaki García Calvo.

COVITE se felicita por el dato de disminución de homenajes a etarras, que atribuye a su «labor constante de documentación y denuncia pública de este tipo de actos humillantes e indignos», que ha dado como resultado «el rechazo de la mayoría de la sociedad vasca y española a los ongi etorris, así como la condena de la mayoría de las instituciones y fuerzas políticas a los mismos, exceptuando a EH Bildu». En palabras de la presidenta de COVITE, Consuelo Ordóñez, «aunque no hayamos conseguido ganar la batalla judicial, hemos ganado la batalla social, que es incluso más importante. Hemos logrado que la izquierda abertzale esté totalmente sola en la defensa de los ongi etorris, sin la comprensión ni la defensa de ningún otro sector social y político. Han recibido tanta presión para dejar de realizar este tipo de actos que han pasado a hacerlos en la clandestinidad». En este sentido, desde el Colectivo afirman que ha habido un cambio en la izquierda abertzale porque «hasta hace apenas un año daban mucha publicidad a los ongi etorris, animaban a la gente a asistir a ellos y difundían todo tipo de material audiovisual en sus medios de comunicación y sus redes sociales sobre estos homenajes. Desde hace aproximadamente un año ya no hacen nada de eso, hacen los ongi etorris a escondidas, nos cuesta mucho conseguir pruebas de que los siguen realizando, lo cual es un indicio de que han pasado a hacerlos en privado o en la clandestinidad, que era el objetivo principal de COVITE», se congratulan en el Colectivo.

COVITE destaca también la importancia de las declaraciones institucionales realizadas desde Ayuntamientos, el Gobierno vasco, el Gobierno de Navarra, el Gobierno de España y las instituciones europeas condenando estos hechos a la hora de lograr acabar con ellos. El Colectivo, sin embargo, afea la labor que ha tenido la Audiencia Nacional en esta batalla y la acusa de ser «la única institución responsable de que los homenajes públicos a miembros de ETA orgullosos de su pasado criminal se puedan realizar con total impunidad penal». Consuelo Ordóñez lamenta que «la Audiencia Nacional ha demostrado que no tiene ninguna voluntad de aplicar el artículo 578 del Código Penal, que recoge los delitos de enaltecimiento del terrorismo y humillación a las víctimas, como sí lo hacía hasta hace unos años por los mismos hechos que hemos estado denunciando desde 2016». La presidenta de COVITE también critica los argumentos que ha utilizado la Audiencia Nacional para archivar la mayoría de las denuncias de COVITE por ser «los mismos que esgrime la izquierda abertzale para celebrar los homenajes con impunidad: afirmar que no se trata de homenajes, sino de ‘manifestaciones de alegría’ por el regreso a casa de un vecino del pueblo».

No obstante, COVITE subraya que, pese a que los actos de apoyo a ETA en general y los homenajes a etarras en particular hayan disminuido, eso no significa que la izquierda abertzale haya condenado su pasado de complicidad con ETA y haya realizado el recorrido ético necesario para contribuir a la consolidación de la paz y la convivencia en libertad en Euskadi. «EH Bildu sigue sin condenar estos homenajes y sigue defendiendo su derecho a realizarlos, sin tener ninguna consideración hacia el dolor y la humillación que provocan a las víctimas de ETA. Si han dejado de hacerlos es porque no les ha quedado otro remedio por la presión social y política que han recibido, no porque hayan hecho una reflexión ética al respecto», apuntan desde COVITE. En este sentido, en el Colectivo también recuerdan que EH Bildu se ha negado a condenar la reciente agresión al ex concejal del PP en el Ayuntamiento de Vitoria, Iñaki García Calvo, así como el acoso que sufrió hace unos días Mikel Iturgaiz, hijo de Carlos Iturgaiz. «EH Bildu no ha condenado estos actos de matonismo. Han vuelto a demostrar que no admiten su responsabilidad en la radicalización violenta ultranacionalista de una parte de la sociedad de Euskadi y Navarra. Para erradicar este germen de intolerancia es necesario que reconozcan que durante décadas propagaron un discurso de odio que hoy sigue vivo y hay jóvenes que lo están asumiendo, lo cual es muy preocupante», denuncian en COVITE. El Colectivo remarca, una vez más, la necesidad de que desde las instituciones públicas «se impulsen políticas de desradicalización violenta ultranacionalista y se haga pedagogía para deslegitimar el terrorismo».