14.05.2024. Guernica (Vizcaya). Homenaje de los disidentes de SORTU al etarra Jesus María Marquiegui y sus colaboradores

Los disidentes de SORTU realizan un homenaje al etarra Jesus María Marquiegui y a los colaboradores de ETA Ignacio Garay y Blanca Salegui, estos últimos dueños del piso franco donde se alojaban los etarras.

La madrugada del 15 de mayo de 1975 la Guardia Civil acudió a registrar el piso franco en donde se sospechaba que vivían los etarras implicados en el asesinato del agente Andrés Segovia. Cuando los dueños del piso franco abrieron la puerta a la Guardia Civil, uno de los etarras que estaba en el interior del piso disparó de muerte al Guardia Civil Domingo Sánchez Muñoz. En el piso franco —perteneciente a Ignacio y Blanca— se encontraron dos pistolas, una metralleta, munición, un silenciador, una peluca; además de documentos donde aparecían matrículas, nombres de personas e información sobre los movimientos de la Guardia Civil en la zona, incluido el itinerario del Guardia Civil Andrés Segovia Peralta (asesinado por ETA en Guernica ocho días antes). En el enfrentamiento entre los etarras y la Guardia Civil también fallecieron el etarra Marquiegui y sus colaboradores Salegui y Garay. El otro etarra logró huir.

El Gobierno Vasco elaboró en 2015 un informe titulado «Retratos municipales de las vulneraciones del derecho a la vida en el caso vasco», en el que mencionaba a todas las personas fallecidas a causa de actos violentos. En dicho informe mencionaba a Ignacio Garay y Blanca Salegui, dando por ciertas las informaciones de sus allegados que afirmaban que el matrimonio «desconocía que los dos jóvenes pertenecieran a ETA», negando así su condición de colaboradores activos de ETA. No obstante, está demostrado por fuentes proetarras de que el matrimonio alojaba conscientemente a etarras desde 1968; a raíz de de la detención de un amigo de Salegui por alojar a etarras. La mujer aducía motivos religiosos para esconder etarras, respondiendo a los etarras alojados de que «si estaban aquí no era por las barbas de Marx, sino por las de Jesucristo». Sobra decir que si la pareja no hubiese acogido a los etarras conscientemente, la disidencia de SORTU jamás la habría homenajeado.