El Colectivo critica el silencio y la pasividad de las instituciones frente a las actos en honor a terroristas.
El Colectivo de Víctimas del Terrorismo (COVITE) ha vuelto a puesto en conocimiento de la Fiscalía de la Audiencia Nacional dos nuevos homenajes públicos que tuvieron lugar ayer a dos presos de la banda terrorista ETA recién salidos de prisión. En esta ocasión, los etarras homenajeados son Aingeru Cardaño, que fue agasajado en Munitibar (Vizcaya), Miguel Ángel Ascasíbar, que fue recibido en Vergara.
El etarra Aingeru Cardaño formaba parte del comando Elurra de ETA y fue detenido en Francia en 2010. La justicia gala lo condenó a seis años de prisión por delitos de pertenencia a organización terrorista, tenencia y transporte de explosivos, uso de documentación falsa y receptación de bienes robados en banda. De hecho, la fiscalía francesa precisó que cuando fue detenido su comando preparaba un atentado inminente contra un cuartel de la Guardia Civil. Tras salir de prisión, Cardaño fue recibido ayer entre vítores y aplausos en las calles de Munitibar (Guipúzcoa).
El segundo etarra homenajeado ayer fue Miguel Ángel Ascasibar Garitano, que ha pasado más de veinte años en prisión. Ascasibar era miembro del comando Goierri Costa y fue condenado por varios atentados terroristas, entre ellos dos contra cuarteles de la Guardia Civil. El etarra fue recibido también entre aplausos en la localidad de Vergara.
COVITE, por segunda vez en una semana (tras el homenaje hace unos días al etarra Ekaitz de Ibero), ha denunciado la pasividad y silencio de las instituciones públicas ante los reiterados homenajes que reciben quienes han cumplido cárcel por delitos vinculados con el terrorismo. En este sentido, el Colectivo alerta de que este tipo de actos solo contribuyen a perpetuar la cultura del odio en el País Vasco.
COVITE ha insistido: “Si encapuchados que queman autobuses en el centro de nuestras ciudades o personas que disparan en la cabeza de ciudadanos son percibidos como héroes, ningún dique moral impide a las nuevas generaciones seguir un mal ejemplo”.
En palabras de COVITE, las loas a condenados por terrorismo deben abandonar los espacios públicos en aras de preservar la dignidad de una comunidad autónoma con un historial de cerca de 400 asesinatos terroristas.