Durante la Jornada de COVITE y OIET, celebrada en Madrid el 23 de noviembre, expertos en terrorismo de distintos ámbitos abordaron asuntos como la prevención de la radicalización, el papel de los medios de comunicación en la lucha antiterrorista y la importancia de la narrativa de las víctimas en el relato sobre el terrorismo.

Los procesos de radicalización violenta: cómo se llega a hacer la yihad

Carlos Igualada, investigador del OIET y moderador del debate, Hana Jalloul, profesora de la Universidad Carlos III y de la Universidad de Nebrija, y Luis de la Corte Ibáñez, profesor de la Universidad Autónoma de Madrid y director del área de Estudios Estratégicos e Inteligencia del Instituto de Ciencias Forenses y de la Seguridad.

Carlos Igualada, investigador del OIET y moderador del debate, Hana Jalloul, profesora de la Universidad Carlos III y de la Universidad de Nebrija, y Luis de la Corte Ibáñez, profesor de la Universidad Autónoma de Madrid y director del área de Estudios Estratégicos e Inteligencia del Instituto de Ciencias Forenses y de la Seguridad.

Tanto Luis de la Corte como Hana Jalloul coincidieron en que las políticas antiterroristas están más enfocadas a detectar la radicalización temprana que a la prevención de la radicalización. El trabajo de prevención de la radicalización, en palabras de ambos expertos, no puede desarrollarse exclusivamente en el ámbito estricto de la seguridad, sino que debe abarcar todos los aspectos que conforman nuestra cultura: la educación, la actividad empresarial privada, la política, la psicología, la sociología los medios de comunicación… “La prevención no tiene tanta cobertura ni tanta importancia para las instituciones como la detección de los yihadistas ya radicalizados, con lo cual no se llega al origen del problema”, aseguró Hana Jalloul. Para Luis de la Corte es fundamental trabajar en la prevención de la radicalización porque, una vez ésta se da, desradicalizar a los individuos es muy complicado. “Hay que cortar las influencias de quienes todavía no están radicalizados”, aseguró.

Hana Jalloul hizo hincapié en la importancia de deslegitimar el discurso de los radicales violentos: “Los yihadistas otorgan mucha credibilidad a su discurso, interpretando el Corán desde un lenguaje propio que no consensuan con nadie. Los que se radicalizan no suelen tener mucha cultura ni mucho conocimiento del Corán, y los yihadistas se aprovechan de ello. Por esta razón, la educación es imprescindible, es el quid de la cuestión. Educar es prevenir”.

Otro asunto que abordaron los dos expertos en terrorismo yihadista fue el de la “desradicalización”, o cómo lidiar con quienes han viajado a zonas de Oriente Medio en las que han tenido contacto con terroristas y han vuelto a su país de origen radicalizados. “Todavía no sabemos cómo afrontar este tema”, expuso Hana Jalloul. “Muchas instituciones no contemplan la desradicalización como tal. Hay que realizar un trabajo muy profundo en los aspectos psicológicos y sociales de los retornados de zonas de conflicto para lograr desradicalizarlos. Es un trabajo imprescindible en la actualidad, ya que ha caído el califato del DAESH y, ahora que no tienen territorio, ¿cómo se procede con todas las personas que vuelvan a Europa del territorio del Estado Islámico? No hay legislación, ni procedimientos, ni instituciones especializadas que cubran este supuesto”, añadió.

Medios de comunicación y terrorismo: los límites entre el periodismo y la propaganda

¿Cómo informar cuando se produce un atentado terrorista? El general Miguel Ángel Ballesteros, director del Instituto de Estudios Estratégicos, el periodista y escritor Arcadi Espada y el reportero de El Español Gonzalo Araluce –coautor de Sangre, sudor y paz y de los tres volúmenes de Relatos de plomo. Historia del terrorismo en Navarra dieron respuesta a esta pregunta durante su mesa redonda. El general Ballesteros comenzó su intervención dejando claro la importancia de no contribuir desde los medios de comunicación a difundir el mensaje de los radicales y de fortalecer a la ciudadanía para que desarrolle una resiliencia -término acuñado por el general- que le permita salir adelante tras un atentado sin sucumbir en el terror, lo que haría más fuertes a los terroristas. “Hay que sensibilizar acerca del drama del terrorismo, pero no transmitir el mensaje del terror. Por ejemplo, el vídeo de la quema del piloto jordano por parte de DAESH es muy ilustrativo, pero difundiéndolo sólo contribuimos a la expansión del terror y a propagar la idea de cómo este grupo terrorista aplica la ley”.

El periodista Arcadi Espada, el general Miguel Ángel Ballesteros, el periodista y moderador del debate Javier Marrodán, y el periodista Gonzalo Araluce.

El periodista Arcadi Espada, el general Miguel Ángel Ballesteros, el periodista y moderador del debate Javier Marrodán, y el periodista Gonzalo Araluce.

En palabras del general Ballesteros, al terrorista se le combate mediante la estrategia de “disuasión por negación”, es decir, haciéndole ver que tiene el conflicto perdido y que su sacrificio es inútil. “Las asociaciones de víctimas del terrorismo tienen un papel fundamental en esta estrategia”, aseguró el general. “La sociedad tiene que transmitir un mensaje a los terroristas: que no van a lograr nada. Que las víctimas se quedan protegidas por la sociedad, puesto que forman parte estructural de la lucha contra el terrorismo. La sociedad tiene que ser resiliente, tiene que reponerse rápidamente a los atentados terroristas”.

Por su parte, Arcadi Espada reconoció que, en el caso del terrorismo yihadista, es un grave error humano y político obviar que la mayoría de las víctimas de estos atentados son musulmanes. “Los medios somos equivocadamente sentimentales a la hora de exhibir la estrategia de los atentados. Es muy difícil vencer la realidad simbólica que nos hace no romper la cercanía con los ciudadanos de París y sí romperla con los ciudadanos de países musulmanes. Pero deberíamos tratar de hacerlo con más ahínco”, afirmó el periodista. Al hilo de este aspecto del debate, el general Ballesteros añadió que es muy importante no confundir a los refugiados con los terroristas. “Aunque es cierto que las redes de inmigración son aprovechadas por los terroristas, no hay que confundirlas. Refugiado es una cosa y terrorista, otra muy distinta”.

Arcadi Espada analizó una forma de cobertura que muchos medios están adoptando cuando se produce un atentado terrorista: el relato del “minuto a minuto”.  “Cubrir en directo a la manera a la que se hace ahora es el caos, el terror, el desorden, la imprecisión. En Barcelona circularon durante mucho tiempo infinidad de rumores acerca del atentado, como que los terroristas se habían atrincherado en un bar, lo que resultó ser mentira”. Y sentenció: “El terrorismo necesita la limpieza, la precisión, la respuesta contundente”.

Para el periodista Gonzalo Araluce, las entrevistas personales son un discurso eficaz en la deslegitimización de los mensajes de los terroristas. Todos los testimonios de víctimas son necesarios para conformar el gran relato que se debe construir en un escenario de terrorismo, cada uno añade algo al anterior y, por ello, son “indispensables”. “El terrorismo es propaganda. Hay que intentar humanizar a las víctimas del terrorismo, poner nombres y apellidos a esta realidad”. Araluce aseguró que, en la cobertura de los atentados terroristas, se puede informar al minuto de los últimos acontecimientos, pero con responsabilidad, “no como lo haría cualquier ciudadano. Debemos interiorizar muy profundamente la cultura de defensa y de seguridad”.

Narrativas y contranarrativas del terrorismo: el papel de las víctimas

La Jornada de COVITE y el OIET finalizó con una mesa redonda en la que se puso de manifiesto la importancia de la narrativa de las víctimas para deslegitimar a los terroristas. El escritor y antropólogo Mikel Azurmendi, la periodista y directora del OIET María Jiménez y la eurodiputada, activista y promotora del Libro blanco y negro del terrorismo en Europa Maite Pagazaurtundúa pusieron el broche a una jornada en que el papel de las víctimas del fue uno de los focos principales de análisis en la lucha antiterrorista.

El escritor y antropólogo Mikel Azurmendi, la eurodiputada, activista y promotora del Libro blanco y negro del terrorismo en Europa Maite Pagazaurtundúa, la periodista y directora del OIET María Jiménez e Iñaki Ortega, de la Universidad de Deusto y moderador del debate.

El escritor y antropólogo Mikel Azurmendi, la eurodiputada, activista y promotora del Libro blanco y negro del terrorismo en Europa Maite Pagazaurtundúa, la periodista y directora del OIET María Jiménez e Iñaki Ortega, de la Universidad de Deusto y moderador del debate.

Para Mikel Azurmendi, el relato sirve para entender la acción humana y significarla: creencias, motivaciones, fines… “ETA es una intención de separar Euskadi de España. Explicar todo lo que ha hecho ETA es un relato, una acción sola no significa nada”. “Sin el relato de las víctimas del terrorismo de ETA no conseguiremos entender lo que está pasando en otras partes del mundo”, reflexionó el escritor.

María Jiménez expuso un extenso estudio empírico que demuestra la eficacia de los testimonios de las víctimas del terrorismo ETA a la hora de prevenir futuras radicalizaciones violentas. La primera parte de la investigación consistió en encuestar a 225 universitarios sobre aspectos como la preocupación que sienten por el terrorismo de ETA, la información que disponen sobre el daño que hizo la banda terrorista y qué opinión les merece la actividad de ETA a lo largo de sus casi seis décadas de terror; todo ello sin haberles proporcionado acceso a testimonios de víctimas de ETA para la realización de la encuesta. Una vez obtenidas las respuestas, la periodista mostró, en diferentes formatos, cinco testimonios de víctimas: el de María José Rama, viuda del cabo de la Guardia Civil Juan Carlos Beiro Montes; el de Marina Salvá, hermana del guardia civil Diego Salvá; el de José Ignacio Ulayar, hijo del exalcalde de Etxarri-Aranatz Jesús Ulayar; el de Mari Carmen Belascoáin, madre del joven Alfredo Aguirre; y el de Íñigo Pascual, hijo del ingeniero de Lemóniz Ángel Pascual.

A continuación, explicó que realizó la misma encuesta, comprobando que las respuestas de los estudiantes variaron notablemente tras conocer los testimonios de las víctimas: un 63,1% de los encuestados reconoció que había cambiado su percepción del terrorismo y de las víctimas, resaltando la necesidad de que los testimonios alcancen visibilidad, así como la empatía que les había generado el dolor y la incomprensión sufrida por las víctimas. Por tanto, la directora del OIET pudo concluir, en la presentación de su estudio, que dar a conocer los testimonios de víctimas del terrorismo es muy eficaz a la hora de sensibilizar a la población acerca del sufrimiento que provoca el terrorismo y de la necesidad de rechazarlo. La periodista sintetizó sus conclusiones en siete puntos: la opinión sobre la actividad de ETA empeora después de acceder a testimonios de víctimas; la percepción del apoyo social a las víctimas en general se reduce después de acceder a los testimonios; la visión del apoyo social a las víctimas de ETA en particular se modifica después de acceder a los testimonios; el 90% de los universitarios nunca había accedido a un testimonio de una víctima; el testimonio que más impresionó a casi el 50% fue el de una madre; el 39% de los universitarios cree que el medio audiovisual es el más eficaz para transmitir los testimonios; las reacciones a los testimonios son primero emocionales y después racionales.

“La obra Hiroshima, del periodista estadounidense John Hersey, dio a conocer los efectos de la bomba nuclear en Hiroshima a través de la perspectiva de quienes los sufrieron, lo que provocó un cambio en la percepción que tenía la población acerca de este acontecimiento. Se ha convertido en el gran relato de Hiroshima”, destacó María Jiménez. “Nuestro objetivo [el de COVITE] es que el gran relato del terrorismo de ETA sea también el de las víctimas”.

Por su parte, Maite Pagazaurtundúa indicó que el problema del terrorismo no es sólo policial, sino de “batalla de ideas”. En palabras de la eurodiputada, hay que llegar hasta el fondo de lo que va contra nuestra democracia. “La tolerancia de lo que no debe ser tolerado no es una opción, es algo necesario. Es una batalla en la que les tiene que quedar claro [a los terroristas] que no van a ganar. Hay que mandarles el mensaje de que estamos defendiendo la democracia y las libertades que nos quieren arrebatar, y de que no lo van a conseguir. Lo contrario del terrorismo no es la paz y la libertad, es la ley y la libertad”.

Maite Pagaza clausuró la última mesa redonda de la Jornada de COVITE y el OIET con un mensaje contundente: “En la lucha antiterrorista es necesario tener voluntad que no se vaya a doblegar, contar la verdad y ser constantes. Tener claro el norte: el respeto a nuestros seres queridos y la dignidad –un elemento de la calidad democrática–. Hay gente suficiente con capacidad para tirar hacia delante en esta lucha y dejar el testigo a la siguiente generación”.