Critican al PSC, En Común-Podem, Junts per Catalunya, ERC y CUP por adherirse a la declaración institucional “por la paz en el País Vasco”, una iniciativa del Foro Social cuyo objetivo es falsear el relato del terrorismo y blanquear la responsabilidad política de la izquierda abertzale en los crímenes de ETA

El Colectivo de Víctimas del Terrorismo (COVITE) y la Asociación Catalana de Víctimas de Organizaciones Terroristas (ACVOT) han censurado con dureza la iniciativa del Foro Social de emitir una declaración institucional “por la paz en el País Vasco” desde el Parlamento de Cataluña, respaldada por el PSC, En Común-Podem, Junts per Catalunya, ERC y CUP. Ambas asociaciones de víctimas del terrorismo califican de “inaceptable” el uso de instituciones públicas como el Parlamento de Cataluña para difundir un relato falso del terrorismo de ETA y sus consecuencias. “En el País Vasco no hace falta un proceso de paz porque nunca ha habido una guerra, sino una persecución totalitaria por parte de los etarras y sus cómplices a quienes no compartíamos su proyecto político nacionalista excluyente”, en palabras de Consuelo Ordóñez, presidenta de COVITE, y de José Vargas, presidente de ACVOT.

COVITE y ACVOT han acusado a los firmantes de la declaración institucional que se emitirá hoy a las 18:00 desde el Parlamento de Cataluña de “asumir la estrategia de la izquierda abertzale y sus organizaciones satélite para diluir las responsabilidades tanto de ETA como del entorno radical que la ha sostenido y justificado durante décadas”. Han aclarado que “en el País Vasco no hay, ni ha habido nunca, falta de paz, sino falta de libertad. Afirmar que hay falta de paz es asumir la teoría del conflicto, es dar por supuesto que ETA tuvo razones para existir y asesinar, herir, secuestrar y perseguir a miles de personas porque había un conflicto que la antecedía”.

Las dos asociaciones de víctimas del terrorismo han considerado necesario “desmontar las mentiras del lenguaje utilizado en la declaración institucional impulsada por el Foro social”. DECLARACIÓN INSTITUCIONAL:

  • Defender los derechos humanos como eje central y única referencia para la convivencia en el País Vasco, así como la construcción de una cultura de paz que siente las bases de no repetición.

El principal mal que ha lastrado la convivencia en el País Vasco no es la violación de los derechos humanos de forma genérica, sino la violencia terrorista de ETA y, en consecuencia, la falta de libertad que padeció y todavía padece una parte de la sociedad vasca. Aquellos que han tenido responsabilidades en la mayor vulneración de derechos humanos que ha habido en nuestra historia más reciente en situación de paz deben aclarar si el fin justificó los medios, es decir, si utilizar la violencia sistemática y selectivamente para imponer su proyecto político estuvo bien o no. Poner el acento en los derechos humanos en general contribuye a diluir la entidad la principal cuestión que marcó a Euskadi, la violencia terrorista, y en cambio facilita la equiparación con otro tipo de violencias –todas ilegítimas, pero no comparables por su distinta naturaleza y causalidad–. A su vez, permite obviar esa falta de libertad en la que se movió la parte de la sociedad vasca que no compartía el proyecto político de ETA y la responsabilidad que en ello cabe a la izquierda abertzale.

  • Defender los principios de verdad, justicia y reparación de todas las víctimas del terrorismo de ETA, así como el resto de expresiones de violencia que han tenido lugar a lo largo de los 50 años de conflicto.

Igualar a las víctimas y a los verdugos utilizando la excusa del sufrimiento es la estrategia que siguen la izquierda abertzale y los nacionalistas vascos para diluir las responsabilidades tanto de ETA como del entorno radical que la ha sostenido y justificado durante décadas. Se apela a los sufrimientos, a las vulneraciones de derechos humanos y a la empatía para esquivar la cuestión fundamental: la condena tajante del terrorismo. No se puede construir una sociedad digna sin reconocer y condenar las razones del mal. La estrategia del Foro Social y de la izquierda abertzale en su conjunto no repara el fondo de la cuestión.

  • Promover la aplicación de una política penitenciaria de acercamiento a cárceles próximas a los lugares de origen de los presos y de residencia de sus familiares y allegados, del trato humanitario a las personas presas que sufren enfermedades tal y como prevé la legislación europea y los estándares de derechos humanos.

La verdadera responsable de que siga habiendo una política de dispersión de los presos de ETA es la izquierda abertzale, y no el Estado de derecho. Solo tiene que levantar sus líneas rojas de no arrepentimiento y no delación a los presos de ETA para que estos puedan acogerse a las vías de reinserción y ser acercados a cárceles vascas. La izquierda abertzale siempre ha tenido en su mano el fin de la dispersión, pero prefiere seguir sacando rédito político culpando al Estado y a las víctimas de que haya una política penitenciaria de dispersión en vez de permitir a los presos de ETA que puedan desvincularse de la banda terrorista y así ser acercados a cárceles vascas. Hay algunos presos de ETA que han dado este paso y están cumpliendo su pena en el País Vasco.

  • Exhortar a las personas presas a que reconozcan el daño causado, y den pasos decididos en este camino con el fin de avanzar hacia la reconciliación y profundizar en el reconocimiento mutuo entre las distintas víctimas del conflicto.

No es lo mismo renegar de ETA que reconocer el daño causado. ETA siempre ha reconocido el daño causado, lo hacía cada vez que cometía un atentado y asumía su autoría. El reconocimiento del daño causado es otra trampa del lenguaje de la izquierda abertzale para eludir condenar a ETA y asumir sus responsabilidades en la trayectoria criminal de la banda terrorista. Lo que tienen que reconocer los presos de ETA y sus defensores es que ETA nunca debió existir, que ningún asesinato es justificable. Por otra parte, las víctimas de ETA no tienen que reconciliarse con nadie porque jamás se tomaron la justicia por su mano. Han sido ejemplo de convivencia desde el momento en que no respondieron a la violencia con violencia.

COVITE y ACVOT consideran inadmisible, en definitiva, que los epígonos de ETA se empeñen en desalojar a las víctimas del espacio público o en presentarlas como un estorbo para la supuesta pacificación de la sociedad vasca. “El verdadero estorbo para la libertad de la sociedad vasca es ETA y quienes fueron complacientes con ella, quienes provocaron las víctimas y no están dispuestos a reconocer el carácter totalitario de sus acciones”, han sentenciado Consuelo Ordóñez y José Vargas.